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febrero 07, 2012

La clave está en nunca dejar de aprender. Por Pablo del Toro.

Decimocuarta y decimoquinta corridas de la Temporada 2011-2012 de la Plaza de Toros México. Serial de dos corridas por el aniversario LXVI de la Plaza de Toros México. La rejoneadora Ana Batista, Alejandro Talavante, Joselito Adame y Octavio García ‘El Payo’ con seis toros de Barralva y uno de La Punta. Julián López ‘El Juli’, José María Manzanares, José Mauricio y Diego Silveti con ocho toros de Xajay. 4 y 5 de febrero de 2012, respectivamente. 

Por: Pablo del Toro. (Bajo este seudónimo escribe Juan Pablo Lagunes)

Sesenta y seis años han pasado desde que nuestra consentida mole de concreto fue inaugurada, en aquel lejano 1946. Pasan los años y cada vez queda menos gente que hoy nos puede platicar que vivió en carne propia lo que sucedió aquel día, cuando Jardinero, número 33 de las dehesas de San Mateo recibió los honores de ser el primer toro lidiado en este recinto. 

Hoy, sesenta y seis años después, a pesar de tanta evolución, crecimiento, desarrollo e historia de la tauromaquia; los aficionados seguimos queriendo ver lo mismo: destreza, emoción, habilidad y arte en los toreros; y trapío, casta, nobleza y sobretodo bravura en los toros. La bravura es la que es más difícil de encontrar hoy en día, y la muestra es que tras una suculenta ensalada de 8 toreros y 3 ganaderías divididas en dos interminables tardes, el balance fue de dos toros de arrastre lento de un total de 18 lidiados. A los de Barralva no cualquiera les podía, y a los de Xajay les faltó bravura. El de La Punta cumplió apenitas.

El que está hecho un monumento a la figura del toreo es Julián López ‘El Juli’ que no se cansa de demandar un trono en esta plaza. Lleva tres tardes consecutivas (si contamos la del año pasado) en las que no se ha dejado nada adentro, pues se entrega en corazón a la afición de esta plaza. No corrió con la misma suerte en los sorteos como el año pasado, por lo que se pegó un par de arrimones de alarido para justificar con creces su título de figura. Un maestro: no por nada cortó cuatro de las cuatro orejas posibles.

A José María Manzanares le faltó un toro con más casta, pues al que le hacía medias embestidas lo templó, lo dominó y lo mató como los grandes, pero poco transmitió. A lo mejor le hubiéramos perdonado un regalo, aunque este sí, por mero favoritismo.

Alejandro Talavante demuestra tarde con tarde que el toro mexicano es su media naranja, pues le permite divertirse cuando torea. Se recrea, se disfruta, vamos, se divierte. Porque no solamente se queda quieto, le pone gitanería y un sello que dice “Hecho por Talavante” a cada uno de sus pases.

Diego Silveti sorteó con un manso de libro y lo lidió con conocimiento, habilidad y arte. Se ajustó como debía, arriesgó y se entregó. Desgraciadamente, a veces cae en las garras del tremendismo y se eternizó a la hora de matar, pero no deja de dar pasos hacia adelante en el camino a convertirse la figura que nuestro país necesita.

José Mauricio sigue mostrando avances en su técnica, aunque también en las mañas. Sorteó con el mejor Xajay, y a pesar de estar por demás aseado en su trasteo, por momentos se vio desorganizado y desajustado. No le terminó por encontrar la distancia a un toro que traía las orejas ya desprendidas.

Joselito Adame toreó bien, pero de rodillas. Tiene cualidades de torero, pero derrepente se le olvida que no está toreando en un pueblo. Y es que aunque entretiene a la galería, los gestos festivaleros no son tan agradecidos en las plazas de primera. Al menos no deberían. 

De Octavio García 'El Payo' y la rejoneadora que nadie conoce (dicen que se llama Ana Batista) no hay mucho qué decir, pues se fueron tan inéditos como llegaron. Haría bien el Payo en administrar mejor su número de apariciones por termporada en esta plaza, o lo único que logrará será llenar los tendidos de reventadores.

Si algo nos ha quedado claro después de las dos maratónicas corridas de aniversario es que nunca hay que dejar de aprender. La prueba de ello la tiene Don Julián López, pues ese lugar que tiene no se lo quita ni Dios.
Feliz Cumpleaños, Monumental. Qué guapa te ves de manteles largos y con tus tendidos llenos. Aunque siendo francos, buena falta te hace una manita de gato, pues ya se te empiezan a notar esos nunca mejor vividos 66 años.

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